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lunes, 6 de mayo de 2019

Economía colaborativa

ECONOMÍA COLABORATIVA:

   El mundo ha cambiado tanto en las dos últimas décadas, que a veces hasta cuesta recordar cómo era el siglo XX. Los avances tecnológicos y especialmente Internet son un punto clave de la historia moderna han transformado nuestra forma de comunicarnos, de relacionarnos, de trabajar, de consumir y, por tanto, de hacer negocio.

   Éstos han impulsado modelos de consumo alternativo en los últimos años. La relación entre quien ofrece un producto y quien tiene una necesidad concreta está cambiando de manera significativa.

   Uno de los modelos que más adeptos gana día tras día es la economía colaborativa o economía compartida, el cual se basa en prestar, alquilar, comprar o vender productos(generalmente de segunda mano) en función de necesidades específicas y no tanto en beneficios económicos. De hecho, en este sistema es posible que el dinero no sea el único valor de cambio para las transacciones.

Como su propio nombre lo indica, es un modelo centrado en la colaboración y la ayuda muta.                 Actualmente, casi todos los sectores de la economía ya cuentan con negocios colaborativos, pese a que, tras su irrupción en el año 2010, aún es temprano para decir si este sistema tendrá un alcance global o sólo parcial.
Consiste en compartir. Ya sea coche, piso, ropa, muebles y hasta nuestro propio tiempo y/o conocimientos y habilidades. Porque no todo en la vida es material.

El Consumo Colaborativo se define como la manera tradicional de compartir, intercambiar, alquilar y regalar redefinida a través de la tecnología moderna y las comunidades.

   Según Albert Cañigueral Bagó, ingeniero multimedia, fundador de "ConsumoColaborativo.com", consultor, ponente y autor del libro 'Vivir mejor con menos'. Dice que: 
"El consumo colaborativo es el ejemplo más actual del valor que la web proporciona a los consumidores”.
Porcentaje de los consumidores, por edades que utilizan las plataformas d ela economía colaborativa:
   Podemos observar que la mayor parte de las personas que utilizan las plataformas de economía colaborativa se encuentran entre los 25 y los 44 años, con un 48% del total. Esto se debe, principalmente, a que los servicios y bienes ofertados en estas plataformas están destinados a gente joven. Pero cada vez más personas mayores de 45 años están utilizando estas plataformas y han comenzado a utilizarlas más tarde porque, por regla general, les cuesta más habituarse a las plataformas digitales y el uso de internet.

   Tanto es así, que recientemente la prestigiosa revista TIME lo consideró una de las diez ideas que van a cambiar el mundo.

   Solo en España, a día de hoy se venden artículos de segunda mano por valor de más de 2.300 millones de euros. Según una información publicada por ABC  
“Cada minuto se listan una media de 643 objetos usados y uno de cada tres se vende en menos de una semana”
   Las sociedades actuales parecen haber descubierto los beneficios de compartir, prestar e intercambiar… e Internet ha hecho el resto. Porque, como plantea Cañigueral, 
“¿Para qué comprar un taladro que apenas usaremos 15 minutos a lo largo de nuestra vida? ¿Somos conscientes de que un coche pasa el 90% de su vida útil aparcado?” 
   Para ver su posible impacto bastan unos números, que se pueden cuestionar, pero que nos dan una idea del orden de magnitud del que estamos hablando, que es de grandes dimensiones. Así, según Anita Hamilton, en EEUU un coche permanece inactivo el 92% del tiempo. Es mucho, Lawrence D.Burns, profesor de la universidad de Michigan indica:
"Un servicio coordinado de vehículos compartidos ofrecería el mismo nivel de movilidad que los vehículos particulares, pero con un 80% menos de vehículos y con una inversión mucho menor."
   El re-descubrimiento de la compra-venta de segunda mano, del trueque, de los beneficios de colaborar unos con otros, han dado un lugar a un nuevo sistema económico en que “el acceso vence la posesión; el acceso es mejor que la propiedad”, tal y como sostiene Kevin Kelly, co-fundador y director ejecutivo de la revista 'Wired'.
   Según la reputada revista 'Forbes', genera actualmente en todo el mundo un volumen de negocio de 26.000 millones de dólares y produce unos beneficios de 3.500 millones, y se cree en que el futuro llegará a facturar los 110.000 millones.

   Otra de las razones de por qué surge esta economía es por la existencia de "prosumidores" , esos consumidores activos que tratan de estar informados y buscar nuevas herramientas para solucionar sus problemas.
Las tecnologías de la información han empoderado al consumidor, antes si tenía cualquier problema con un producto, las opciones eran muy limitadas, ir al establecimiento donde había comprado el artículo y quejarte o en última instancia acudir a la oficina del consumidor para poner una reclamación, actualmente, las opciones se han multiplicado, y cualquier consumidor enfadado con el trato o el producto que ha recibido de una empresa puede quejarse y criticar a la organización abiertamente en las redes sociales, bien en su muro o en foros especializados; además, en muchos casos, existirán otras personas que habrán tenido la misma experiencia y por tanto, habrá mayor poder de presión contra la empresa en cuestión.

  Esta es una de las razones por las que cada vez más empresas contratan a influencers pagándoles con productos de su gama de artículos o retribuyéndoles económicamente para que los prueben y hagan una crítica positiva en su blog o en sus redes sociales.
  En conclusión, la figura de los prosumidores ha llegado para quedarse definitivamente y convertirse en generadores de opinión entre sus seguidores, convirtiéndose en muchos casos en aliados de las marcas que pueden permitirse contratarlos para que actúen como altavoz de las ventajas de sus productos.




PRINCIPALES TIPOS DE ECONOMÍA COLABORATIVA:


  • Consumo colaborativo: Utiliza plataformas digitales a través de las cuales los usuarios se ponen en contacto para intercambiar bienes o artículos, casi todos de forma gratuita y altruista.
  • Conocimiento abierto: Son todas aquellas modalidades que promueven la difusión del conocimiento sin barreras legales o administrativas. Pueden presentarse en el día a día o a través de plataformas informáticas a las que acuden usuarios con necesidades.
  • Producción colaborativa: Se trata de redes de interacción digital que promueven la difusión de proyectos o servicios de todo tipo. La diferencia con los dos modelos anteriores es que lo que se ofrece también se produce en el seno de estas células. Es un modelo nuevo de producción socioeconómico en el que un gran número de personas trabaja cooperativamente en Internet con menos estructuras jerárquicas rígidas, frente a otros modelos más tradicionales.
  • Finanzas colaborativas: Microcréditos, préstamos, ahorros, donaciones y vías de financiación se incluyen en este subgrupo de la economía colaborativa. Los usuarios se ponen en contacto para satisfacer necesidades en cualquiera de estos aspectos. El mejor ejemplo lo vemos en el crowfunding, modelo de financiación para aquellos que deseen aportar capital a ciertas iniciativas de forma desinteresada.


PRINCIPALES BENEFICIOS:


   Son muy diversas las ventajas de este modelo de economía para los negocios. Algunas de las más destacables son:
  • El ahorro: La mayoría de productos o servicios que se ofrecen a través de este sistema tiene precios módicos o, incluso, simbólicos.
  • Desarrollo sostenible:La economía colaborativa estimula el segundo uso de los productos. Lo que alguien ya no necesita, puede tener un nuevo destinatario en alguna red de contactos. Se aboga por un consumo moderado.
  • Gestión de recursos:Otro principio de la economía colaborativa es que si a alguien sirve una cosa, lo más probable es que a otra persona también. ¿Por qué no compartirlo? El mejor ejemplo son los coches de carretera, que pueden servir para llevar a varios pasajeros con destinos próximos.
  • Mayor oferta: Los productos con un segundo uso y los servicios compartidos amplían la oferta de los mercados tradicionales. Sin la economía colaborativa, es posible que éstos nunca vieran la luz.
  • Beneficio medioambiental: La reutilización y los servicios compartidos son una buena manera de contribuir al cuidado y la sostenibilidad de los entornos.
  • Genera situaciones positivas entre los usuarios: Desarrollamos valores basados en el compromiso, la solidaridad o la aportación de ideas.

¿POR QUÉ COMPARTIMOS?


PRINCIPALES DESVENTAJAS:

  • Falta de regulación y competencia desleal: No existe igualdad de condiciones entre los sectores tradicionales, ni están sometidos a todos los controles reglamentarios necesarios.
  • Desprotección del consumidor: Al no haber regulación, cuando se producen abusos los consumidores estén indefensos ante estas plataformas.
  • Monopolios: Pueden generar monopolios en el que el beneficio que antes percibían muchos ahora solo quede en manos de uno
  • Exclusividad de los datos: Deberán ponerse en práctica mecanismos antimonopolio que permitan una menor centralización de los recursos y un mayor poder de negociación de las instituciones públicas, y leyes que compaginen la privacidad de los usuarios y los datos personales, con la distribución libre de los datos agregados, de forma que sea posible que cualquiera pueda utilizar esa información para mejorar diferentes sistemas.
  • Difícil seguimiento de las plataformas que se usan ya que crecen muy rápido: Es muy difícil para los usuarios de estas plataformas conocer todas las funciones y prestaciones que se les facilitan, ya que éstas crecen a gran velocidad y es difícil estar al día de todas las aquellas nuevas que van surgiendo y de las que nos podemos beneficiar.



¿QUE SE OPINA SOBRE ESTAS NUEVAS PLATAFORMAS Y EMPRESAS?

Según un artículo de EL PAÍS la población:
Y las empresas:


Las empresas tradicionales deben estar más abiertas al cambio e intentar adaptarse para sobrevivir con la llegada de nuevos modelos económicos.
Para ello los gobiernos deben actuar para regular la economía colaborativa en los distintos países y, de esta manera, que los ciudadanos puedan beneficiarse de usar este tipo de plataformas sin ocasionar daños colaterales a los sectores tradicionales.


LAS 5 BASES DE LA ECONOMÍA COMPARTIDA:


   La economía colaborativa se ha centrado en las 5 palancas de crecimiento exponencial, según recoge Pentagrowth:
  • Conexión: Como han hecho Spotify o Tinder conectando a usuarios que ya se conocen
    mediante la música o permitiendo que conozcas a gente que tiene una localización cercana.
  • Agregar: AirBnb ha sabido unificar en una sola web la posibilidad de alquilar una habitación o apartamento en la ciudad que quieras a un precio económico.
  • Empoderar: Kickstarter, la mayor plataforma del mundo para conseguir microfinanciación para iniciar cualquier tipo de proyecto, un magnífico ejemplo de lo que la economía colaborativa puede lograr con el esfuerzo de los individuos.
  • Instrumentar a los socios: Apple es el paradigma de este punto, dando a los clientes la posibilidad de elegir las canciones que querrían descargarse de su tienda iTunes por un precio bastante económico y cambiando el mercado de la música.
  • Compartir conocimiento: El mejor ejemplo es Wikipedia, la enciclopedia colaborativa por excelencia, que genera abundancia y logra eficiencia, pero uno de los aspectos más difíciles de contestar es ¿cómo valorar esta plataforma...? No siempre son aspectos positivos, cualquier persona puede poner datos o palabras fuera de lugar y por lo tanto tiene que estar regulado y controlado.


EMPRESAS QUE LO DIFUNDEN:


   Nos encontramos en un escenario donde las APPs de esta economía están en auge, como AirBnB, Uber o Bla Bla Car. Tendremos que ver cómo acaban convirtiendo estos modelos de negocio ya que las Normativas Europeas los empezarán a regular.

Estas plataformas son las llamadas plataformas colaborativas, en las cuales podrás encontrar todo tipo de servicios: desde intercambio de alojamiento (Couchsurfing), hasta compartir espacio laboral (Coworking), conseguir financiación mediante micromecenazgo (Crowfunding*) o alquilar espacios creativos por horas.

El crowdfunding* es una tendencia que está creciendo mucho en nuestro país actualmente, ya que a pesar de la crisis que estamos sufriendo, ayuda a pequeños emprendedores a sacar adelante sus proyectos, poniéndolos en contacto con personas que quieren invertir en nuevas ideas. 

    En San Francisco, dos estudiantes sin blanca pensaron entre 2007 y 2008 que podrían ganar algo de dinero ofreciendo a los visitantes un colchón en su casa. De esta idea nacería el gigante que hoy es Airbnb. Poco más tarde, la misma ciudad californiana asistiría al nacimiento de Uber. De la nada ha pasado a contar con más de 100 millones de usuarios. Desde entonces, que alguien te suba a casa un paquete de cigarrillos o contratar los servicios de un cuidador para los niños puede hacerse con un clic.
   Estos son las cinco empresas que impulsan este motor favorecedor del ahorro, es una gran parte activa e implicada en el proceso y generar feedback sobre tu experiencia en la plataforma utilizada:

1. UBER: La empresa ofrece un servicio de coches entre particulares para viajar en lugar de optar por los taxis. A través de su app para móviles puedes solicitar un vehículo y que te lleve a donde quieras. Si quieres ofertar el servicio, solamente tienes que registrarte. A día de hoy, en Estados Unidos ha iniciado un proyecto de comida a domicilio y la empresa ya está valorada en 51.000.000 millones de dólares.

2. AIRBNB: Es el ejemplo más característico de la economía colaborativa centrada en el alojamiento, más económico y flexible que con las alternativas turísticas de los hoteles. Actualmente, ofrece más de dos millones de alojamientos distribuidos en 191 países y sigue creciendo. Permite que alquiles la casa completa o habitaciones libres, además de establecer contacto con la cultura local. Su presencia en el mercado no ha dejado de crear polémicas. En todo caso, según cifras no oficiales, se estima que puede haber gestionado más de 20 millones de reservas desde su creación.

3. BLA BLA CAR: También centrada en la movilidad entre personas, esta popular plataforma colaborativa es utilizada por 2 millones de personas al mes en Europa. Blablacar se basa en el servicio de coche compartido, cuenta con 14 millones de usuarios y sirve para intermediar entre viajeros y conductores sin que entre ellos exista ningún ánimo de lucro más allá de cubrir los gastos de viaje.

4. VERKAMI: Esta web es una alternativa de éxito a los modelos tradicionales de financiación para artistas, creadores, diseñadores y colectivos. Se basa en la complicidad con el público, ofreciendo recompensas según su aportación económica. Los proyectos tienen una tasa de éxito superior al 70% y el micromecenazgo implica una nueva experiencia de consumo cultural, sin límites geográficos ni horarios.
5. EATHWITH: Es una Startup* explora el concepto de gastronomía colaborativa, ofreciendo una gran variedad de menús, creados por 500 anfitriones talentosos en más de 150 ciudades en todo el mundo. En su app puedes reservar una plaza y cenar a domicilio con cocineros autodidactas, o chefs de vanguardia, comer con ellos y disfrutar de historias compartidas y experiencias interesantes. Ya cuenta con 30.000 usuarios y ha crecido en un 60% en España durante el último año.


*Startup es una empresa de nueva creación que comercializa productos y/o servicios a través del uso intensivo de las TIC’s, con un modelo de negocio escalable el cual le permite un crecimiento rápido y sostenido en el tiempo. Este fuerte componente tecnológico les permite poder escalar su negocio de forma ágil y rápida, y con una necesidad de capital inferior a las empresas tradicionales.

   Por lo tanto, si hablamos de compartir, de darle un segundo uso a los producto;esto significa que adquirimos pocos productos nuevos. De alguna manera evitamos un poquito más el consumismo. Hay personas que piensan que esto se traduce a replantearse y hasta a afirmar si la economía colaborativa está contra el Marketing.


¿LA ECONOMÍA COMPARTIDA ESTÁ EN CONTRA DEL MARKETING?


   Esta visión sería demasiado simplista, porque hay que tener en cuenta que también este tipo de economía genera importantes sinergias entre las personas que la utilizan y facilita el consumo a personas que con rentas bajas igual no pueden adquirir un producto pero adquiriéndolo colaborativamente igual sí pueden realizar ese gasto.

   Los medios de comunicación se han hecho eco de este nuevo tipo de consumo pero sobre todo en las noticias con los casos de Uber y Blablacar, pero a parte de estas mediáticas empresas, podemos encontrar una tipología enorme, por ejemplo, de alojamiento de viajeros, trueque de comida, crowfunding, compras colectivas, huertos urbanos compartidos, bancos del tiempo*, artesanía, música colaborativa, educación...

Desde mi punto de vista no lo está. 

*Los bancos del tiempo:   

   Son una herramienta que se esta popularizando aunque todavía queda un largo camino. Lo puede formar cualquier grupo de personas, creando una alternativa económica social. En un Banco de Tiempo se intercambian habilidades entre los miembros sin utilizar dinero, únicamente se contabilizan las horas de servicio prestado y recibido.
   Os muestro una imágen con un gran ejemplo de lo que sería un banco del tiempo.

Además en España existen numerosos bancos:


Los bancos del tiempo cuentan con diversas herramientas:
Wiki Bdt:
La finalidad de esta Wiki es poner al alcance de todo el mundo la mayor cantidad de conocimientos posibles sobre los Bancos de Tiempo. Los contenidos se generan de manera colaborativa y a través de las distintas experiencias de los Bancos de Tiempo.

Foro / Grupo de debate:
Útil para compartir información y experiencias entre los Bancos de Tiempo, siendo un factor clave para acelerar el desarrollo y el mejor funcionamiento de los mismos. Accede desde

TimeOverflow:
Aplicación on-line de gestión de Bancos de Tiempo. Está especialmente diseñada por y para los Bancos de Tiempo que existen físicamente, su fin es potenciarlos gracias a Internet. La ADBdT ofrecer una instalación gratuita que se puede solicitar

Mapa Bdt: (imágen dearriba)
Herramienta que nos permite buscar el Banco de Tiempo más cercano. están reflejados todos los bancos de España.


EL CAPITALISMO DIGITAL:

  Veamos ahora el lado oscuro. Reinhard Loske, ex presidente de Bremen y ex-portavoz de Los Verdes, ahora en la Universidad de Herdecke, plantea las perversiones de la economía colaborativa. Hacer turismo en pisos compartidos o poner el piso propio “en alquiler” cuando no se está, mejora la cohesión del barrio, crea lazos sociales, etc. Apartamentos turísticos en que se alquilan, por días, desde gigantes digitales expulsa a la gente de los barrios, es una competencia desleal con hostales, albergues y hoteles y destruye a la larga el propio negocio turístico. Entre el blanco y negro hay grises.
   El hecho relevante es que surge un nuevo capitalismo digital que, bajo el nombre de la colaboración, sin trabajadores, sin hoteles, sin albergues, sin apartamentos o, si se quiere, sin taxis ni taxistas, se hacen no con una parte del pasteL sino con todo el pastel. Airbnb y los monstruos digitales globales han descubierto la varita mágica que permite crecer en Una economía virtual sin los limites materiales del viejo capitalismo.

   Hace pocos días que los patines eléctricos han vuelto a las calles de la capital. Pero en esta ocasión es el Consistorio el que decide el dónde, el cuánto y el cómo. Los patinetes son tan solo un ejemplo de cómo las plataformas digitales, que abarcan un número creciente de sectores, pueden cambiar el panorama de las sociedades del siglo XXI.
   Nadie duda ya de que el capitalismo digital ha llegado para quedarse. Y que revolucionará la organización del trabajo y el mundo empresarial. En 2015, Dimmons, el grupo de investigación de Internet de la Universitat Oberta de Catalunya, contabilizó 32 áreas digitales ya está presente. Dos años más tarde, esta cifra se duplicó. Ahora se ha vuelto a multiplicar. Todo apunta a que la tendencia continúa. Una vez asumida la importancia de la revolución, la gran tarea pendiente es cómo se regula.
   “Estamos ante una transformación tan profunda como la industrialización; e intentamos aplicar normas antiguas. Hay que pensar en algo nuevo. Es tan absurdo adaptar el modelo regulatorio feudal al capitalismo como aplicar el modelo actual a las plataformas”, asegura Juan José Montero, profesor de Derecho Administrativo de la UNED.
En la misma dirección apunta el economista José Moisés Martín Carretero. “Es muy difícil usar una regulación basada en el triángulo empresa-trabajador-cliente en una nueva realidad donde ya no existe esa relación.

   Las consecuencias para el mercado laboral, la dinámica empresarial y las relaciones sociales aún hoy son difíciles de controlar. De la dificultad de regular la nueva realidad digital es consciente el eurodiputado socialista Sergio Gutiérrez. Vicepresidente del Comité de Mercado Interior de la Eurocámara, se encuentra con el gran problema de una "doble velocidad" en las normas que salen de Bruselas:
“Hemos dado un paso de gigante en la construcción de un mercado único digital. Pero vamos con retraso en lo que afecta a las condiciones sociales y laborales de trabajadores y consumidores”.“Las administraciones tienen que ordenar la forma en la que estas empresas impactan en el espacio público
   El conflicto entre VTC y taxistas ha incendiado recientemente las calles de Madrid y Barcelona, logrando en Cataluña una regulación que, según denuncian Uber y Cabify, ha supuesto su expulsión del mercado (UBER y Cabify usan la pérdida de 3000 empleos como argumento contra la regulación de los VTC publicada por el DOCG.). Tanto en esta guerra como la de Airbnb contra los hoteleros, la CNMC se ha significado al colocarse muy cerca del mundo digital. Su director de Promoción de la competencia, Joaquín López, defiende que este modelo ha traído eficiencia y que los controles que se establezcan no pueden ser a costa de las plataformas ni restringiendo la competencia. Y advierte de que la CNMC vigila para que esto no ocurra. El profesor Montero, por su parte, defiende que la regulación no tiene que llegar de golpe y que su ámbito debe ser internacional. “A nivel nacional no hay escala suficiente”, añade.
   Jaume Collboni proponía regular UBER y Airbnb al tiempo que aplaudía la sentencia sobre UBER: “las normas han de ser las mismas”… para todos

   Quizás es en el mercado laboral donde son más evidentes las huellas del cambio digital. Sobre todo en las plataformas que intermedian para ofrecer servicios. Estas facilitan el trabajo por proyectos y no por tiempos de trabajo. No es algo nuevo. Los cimientos ya existían de la mano de la subcontratación. Pero la sencillez para encargar proyectos o desmenuzar tareas supone una disrupción para la que las leyes actuales ofrecen pocas respuestas.

   Las caras visibles de este debate han sido los repartidores (riders) de Deliveroo, Glovo y similares. Pero estas plataformas son solo la punta del iceberg.

   Lo novedoso no está en las tareas, sino en cómo la plataforma cambia la organización del trabajo y cómo pone contra las cuerdas una regulación pensada para otro modelo de producción. Y en este punto la batalla se ha abierto para decidir si los que prestan sus servicios son asalariados o autónomos. Adrián Todolí, profesor de Derecho Laboral en la Universitat de Valencia, lo tiene claro:    “Es una relación laboral especial, pero son asalariados. Que los trabajadores puedan elegir horario es muy relevante, pero no determinante”.
   Todolí considera que abrir la puerta a que estos trabajadores sean autónomos conlleva el riesgo de pérdida de derechos.

   No comparte su opinión Moreno, que cree que son autónomos, o Martín Carretero, que aboga por un marco jurídico completamente nuevo. “Las plataformas no son proveedoras de servicios, sino intermediarios entre consumidores y proveedores. El poder de mercado es lo que define la fuerza de estas plataformas. Actúan casi como un monopolio frente al trabajador. Si un gigante de la nueva economía decide unilateralmente bajar las tarifas que paga, ¿qué capacidad de respuesta le queda a los trabajadores? Ninguna. Está totalmente desprotegido”, asegura el economista.

   El 70% de las personas que generan ingresos con estos servicios no tienen protección social y es un problema al que los sistemas de protección se tienen que enfrentar como un nuevo reto según aporta Luz Rodríguez, profesora de Derecho del Trabajo. Además ella cree que el debate del párrafo anterior no resuelve la precariedad en la que nadan estos trabajadores. “Ni los asalariados están en el cielo ni los autónomos en el infierno. Hay situaciones de vulnerabilidad en los dos ámbitos”, asegura.    Esta estudiosa del impacto de la digitalización en el trabajo defiende una postura que ahora ha hecho suya la OIT: crear un mínimo común en los derechos para todos los trabajadores, independientemente de que sean asalariados o autónomos.


   Según un artículo del periódico "LA VANGUARDIA:"
Los entusiastas ven que la economía colaborativa facturará 302 mil millones de dólares en 2025. Y se multiplicará por 20 en 10 años: ¿2035 será de 6040 mil millones de dólares.

La idea básica es que “bienes privados”, de uso “excluyente”, gracias a las redes sociales se transforman en “bienes comunes”, de uso compartido. Es la parte positiva. 

   La negativa es que la economía ha colonizado parte de “espacio público” y “bienes comunes” sustituyendo relaciones sociales por relaciones económicas. La pregunta seria ¿cómo revertir esa tendencia del último siglo que transforma “bienes comunes” en bienes privados”?

   Pensemos en termales romanas, baños públicos, etc., que ahora cada uno tiene en casa su bañera, etc. ¿Cómo fortalecer la cohesión social ampliando el espacio público? Los medios de comunicación, pero también la sanidad, la educación… tenían cierta autonomía de lo político y económico. Sn esa autonomía la democracia no funciona. La perversidad es cuando en la política se incluye estímulos, premios, etc., para satisfacer el “gen egoísta“. La economía digital se viste de economía colaborativa, del mismo modo que el diablo se viste de ángel para impulsar el consumo de masas careciendo de tiendas, productos, empleados. La fusión de economía clásica y informática transforma lo poco que queda de “ciudadano” en los “consumidores individualistas” en “algoritmos egoístas” vestido de “altruismo en interés propio”

Para algunos es un gran futuro y para otros es una opción que gusta poco.
   La ética ecológica se transmuta en nuevos negocios orientados al crecimiento sin los limites materiales gracias a la nueva dimensión digital.
   Hay una feroz competencia entre particulares con un oligopolio de girantes digitales. El resultado es un silencioso nuevo infierno de dumping social. El capitalismo digital no quiere saber nada del estado de bienestar, promueve una des-solidaridad global. Hoteles cada vez más baratos, vuelos más baratos, taxis más baratos… permite explotar un turismo que es una válvula de escape. Ello con un barniz ecológico: ahora el hiperconsumismo tendrá, como las bolsas de plástico, más de un usoNo tiene nada de sostenible, ni social -señala Harald Welzer.

Un claro ejemplo esAmazon:
Amazon no vende sólo libros. Puede vender pescado. Las pescaderías del barrio podrá tener más clientes, gracias a Amazon, a cambio de una parte de las ventas. ¿Alguien perderá clientes? Y ese alguien dejara de comprarle. La pescadera que una parte de sus ventas se las lleva Amazon dejara de poder compra a sus clientes que,a su vez,comprarán menos.¿Cómo debería ser una economía colaborativa? Un barrio necesita aplicaciones de proximidad que evite. Establecer economías basadas en la mutua confianza como sucede con el SARDEX. Cuando el crédito dejó de circular, tras la crisis de 2008, no de podría comprar a crédito, ni invertir a crédito… Antes una parte del dinero salia del ciclo económico local. Crearon una moneda digital basada en la confianza.

   ¿Que ocurriría si la esfera social quedara atrapada por las redes sociales dominadas por gigantes digitales? Los hombres estarán obligados a unirse su naturaleza a esas redes, muy inteligentes, pero crueles; teniendo pensamiento que son irreales. Es la imagen, quizá, aterradora de un insecto en la red de una araña, grande y codiciosa, pero que ni siquiera intenta liberarse, en vano, da ella. Piensa que esa red es la realidad. Los monopolios globales digitales tienen una tendencia totalitaria. Ya son la realidad económica por ahora.
   ¿Y si la red y distribución se separan? Se llama neutralidad de la red que favorecería la entrada de pequeños y la libre competencia. En noviembre de 2014 el Parlamento Europeo reclamó esa separación para Google: dividir el buscador y el motor. En 2015 competencia vio abuso de poder del mercado por Google. El agosto pasado le cayeron las sanciones de 4000 millones de euros.
Hay una guerra más importante que estas sanciones. El conflicto entre el taxis y UBER es la cara más ingenua de un serio problema. La alegría con la que nos desenvolvemos en las redes sociales de internet, esa oculta tupida red que pone en riesgo la libertad, es algo que nos advirtió Snowden.

   Las app han supuesto un desafío a todo el corsé regulador de los estados. Los problemas de convivencia que genera entre los vecinos un uso masivo de Airbnb; La falta de seguridad de las app de compraventa; o la rara avis que supone para la legislación del transporte por carretera una plataforma como Blablacar.
Las costuras del armazón legal se resienten ante la nueva economía a la que poco a poco se le comienza a dar forma.



¿QUE RECIBE HACIENDA DE LAS TRANSACCIONES STARTUPS?


   La cuestión principal es: ¿Quien comparte es empresario o particular? Quien ofrece regularmente su vivienda en el portal Airbnb en realidad no es un arrendador sino un ‘hotelero’, igual que quien traslada habitualmente a particulares captados por la aplicación Uber en su coche privado no es un conductor cualquiera sino un ‘taxista’. Por tanto, ¿no sería necesaria una licencia hotelera con todo lo que implica (medidas contraincendios, libro de reclamaciones, registro de huéspedes,..) en el caso del ‘hotelero’, y una licencia de transporte (con seguro de accidentes con cobertura total, carnet de conducir clase BTP,..) en el caso del ‘taxista’? 
   Al margen de este dilema empresario/particular...

   En el caso de un alquiler a través de Airbnb, el intermediario declara sus beneficios en EEUU (mientras no traslade su sede a un paraíso fiscal) a pesar de que el servicio es prestado fuera de EEUU, mientras la declaración del alquiler por parte del propietario de la vivienda en muchos casos no se efectúa al contemplarse como una fuente de ingresos adicional que, además, es muy difícil de controlar por el fisco. Es decir, que la economía compartida se podría convertir, en el peor de los casos, en un mercado de billones de euros de facturación que para todos los implicados podría funcionar según el principio «bruto es igual a neto», con la consiguiente pérdida de capacidad recaudatoria de los Estados y, con ello, afectando de forma directa al Estado de Bienestar.

   En este caso, el sector turístico que suele ser propicio a ser exprimido (lo más posible) por el sistema, de lo cual resultaría el siguiente círculo vicioso: cuanto más suban los impuestos con el fin de aumentar la recaudación, más actividad económica se podría estar trasvasando hacia el consumo colaborativo que no declara al fisco y, por tanto, menos se recaudaría.


IMPLICACIÓN LABORAL Y SOCIOLÓGICA: 


   Para Evgeny Mozorov, investigador de las implicaciones sociológicas de nuevas tecnologías, «la economía compartida refuerza los peores excesos del sistema económico vigente», pues «entierra los derechos de los trabajadores y los convierte en empresarios autónomos localizables las 24h y que tienen que pensar como marcas».  Este fenómeno del «empresario de sí mismo» que caracteriza al emprendedor de la economía compartida se podría considerar como parte de una macro-tendencia laboral que Javier Cuartas (analista económico) describe una economía con síntomas como el crecimiento de los falsos autónomos (más eventualidad y más contrataciones a tiempo parcial), la externalización progresiva de tareas y funciones (outsourcing), el autoempleo, el trabajo freelance sin lealtad a una sola empresa y el denominado fenómeno gig* . Y tal como advierte Cuartas, «estas transformaciones no se ceñirán al estricto ámbito laboral» y conllevarán alteraciones sociológicas en ámbitos como las relaciones sociales, las pautas de convivencia o la estructura de las familias. ¿Se podrá adaptar la sociedad a estos cambios?

   *Fenómeno gig: Aumento progresivo de personas que se convierten en «empresarios de sí mismos» a la búsqueda de oportunidades, que casi siempre son ocupaciones ocasionales.

   Los defensores de la legalización de los modelos de economía compartida hablan de que «no se puede poner puertas al campo». A estas alturas ya todos los actores económicos coinciden en que este fenómeno no puede ser ignorado y que, efectivamente, no se le puede poner puertas, pero que sí se debería evitar que ese «campo sin puertas» crezca de una forma absolutamente descontrolada al lado de la otra parte reglada del campo que crece sometida a una estricta normativa. El pedir la regulación de la parte en «crecimiento salvaje» no es ir en contra de los principios de la economía de libre mercado; simplemente es pretender que las mismas reglas valgan para todos los actores, pues «libre mercado» no quiere decir que «todo vale», y mucho menos cuando el crecimiento desregulado de la economía compartida puede encerrar impredecibles consecuencias negativas para el mantenimiento del Estado de Bienestar.


El trueque ha llegado a Internet bajo el nombre de sharing economy.


SU IMPACTO EN ESPAÑA:


   El consumo de colaboración puede ser bueno para la economía”, puesto que “ofrece muchos beneficios económicos, ambientales y sociales”
Os muetsro en este gráfico el número de proyectos de economía colaborativa que se haya en España.


                                                   En cuanto a apartamentos:
   En este se muestra como el número de alojamiento turístico adquirido por plataformas web es muy superior al de los alojamientos reglados en todas las ciudades analizadas, pero en mucha mayor medida en Barcelona y Madrid. Ernst & Young señala también que la presencia de apartamentos vacacionales en los barrios hace que éstos se encarezcan y se acaben marchando sus residentes.

   Exceltur considera que parte de esta oferta pertenece a la economía sumergida y que tiene tratamientos fiscales no contributivos. Se estima que las rentas pueden ascender a 2.054 millones de euros anuales y que se está produciendo un fraude cercano a los 432 millones de euros anuales, ya que si declarasen el IVA, se podrían añadir 367 millones de euros anuales. Como muchas otras organizaciones, Exceltur también arremete contra la falta de seguridad y de garantías de higiene y salud, y en general, la falta de regulación y protección de derechos básicos del consumidor. Considera que la no existencia de regulación y de tributación la convierte en competencia desleal. Entre las propuestas para mejorar el funcionamiento de la economía colaborativa en nuestro país:

  • Imponer un 10% de IVA a esta actividad 
  • Controlar que se pagan los impuestos sobre la renta.
  • Exigir la identificación de los clientes para notificárselo a la policía y que las viviendas ofertadas establezcan garantías de seguridad al turista, como planes de emergencias, seguro de responsabilidad civil, alumbrado de emergencia, extintores, medidos de desinfección y similares.
   Para las entidades locales se solicita también que cuenten con una licencia de actividad económica y que fijen unas zonas restringidas en que se puedan prestar los servicios de alojamiento turístico.


                                                   Si hablamos de automóviles: 
   El sector automotriz representa en España entre el 6 y el 10% del PIB, en países como México, Brasil o Corea del Sur representa mucho más:

   En el caso español y teniendo sólo en cuenta el sector automotriz, estaríamos hablando de reducir, en el caso de desarrollar todo su potencial, es decir, que prestáramos todos los servicios que prestan los vehículos privados con vehículos compartidos, entre un 8 y un 5% del PIB. Es un impacto de una magnitud considerable.
 
   Sin embargo, el efecto potencial de la economía colaborativa no se detiene aquí, abarca un gran número de sectores. Según Mayo Fuster Morell en Cooperativismo de plataforma. Desafiando la economía colaborativa corporativa:
El mapa de la producción colaborativa del proyecto "P2Pvalue" apunta hacia al menos 33 áreas de actividad y hace referencia a 1.300 casos presentes en Cataluña.

   Son muchas áreas, pero los que están interesados en ganar dinero en este nuevo campo ven un futuro prometedor. Aparte de tursismo, transporte, compraventa e inversión financiera.
  Esto se podría ampliar al intercambio o préstamo de bienes, la educación, el arte y las tareas o servicios. 
   Los servicios en España representan el 75% de la economía, si bien restringiéndolo un poco al concepto de “tareas” la tarta se reduce a un considerable 25% del PIB.


   Concluyendo, la economía colaborativa no ha hecho más que dar sus primeros pasos en España, todavía falta que se generalice, creo que las autoridades legislativas tienen que permitir que siga creciendo y no impongan sanciones o prohibiciones a estas empresas que en la mayoría de casos sólo quieren empoderar al consumidor final. Siempre y cuando sean legales y transparentes.
   Al fin y al cabo es nuestro futuro, aunque con el paso del tiempo, el desarrollo de la industria y las economías, y el dinero como mecanismo oficial de intercambio,el trueque se fue dejando de lado; desplazándolo desde una relación entre personas a una relación persona y empresa. 

   El desarrollo de la industria permitió popularizar la producción de los bienes reemplazando el intercambio tradicional. Recientemente, ante el surgimiento de las nuevas tecnologías, el Internet, las redes sociales y las aplicaciones, surge la idea de promover empresas y modelos de negocio que permiten y facilitan la colaboración entre consumidores.

   El Internet permitió que usuarios encontraran lo que buscan directamente con alguien que busca lo contrario, esta situación permitió que surgieran servicios en la red que permiten a las personas compartir desde automóviles hasta alojamiento. No tiene nada de malo si este sistema se utiliza correctamente.
   Actualmente, España está pasando de la denominada destrucción creativa, que se produjo a raíz de la Depresión de 1929, a un nuevo modelo de mercado basado en la discontinuidad, en la cual las empresas deben adoptar una nueva forma, nuevos negocios, normas que puedan ser cambiantes y flexibles, evitar mercados débiles, adelantarse a los cambios del mercado y adoptar un pensamiento innovador.

   Existen varias asociaciones o movimientos que informan y promueven la economía colaborativa. Los principales movimientos, son “Ouishare”, que desempeña su actividad por todo el mundo, y “Sharing España” que centra su labor en nuestro país. Estos movimientos tratan de resolver los desafíos a los que se enfrentan las plataformas de economía colaborativa en los diferentes países y ayudarles a que puedan acceder a los recursos y oportunidades que necesitan para prosperar.

viernes, 5 de abril de 2019

DEGRADACIÓN MEDIOAMBIENTAL Y ECONOMÍA CIRCULAR

En este trimestre, estamos realizando un Mural con problemas y soluciones socieconómicos;
Para solidificar nuestro conocimiento, por parejas, hemos investigado un problema y una solución que el profesor nos ha asignado.
Carmen Pastor y yo hemos realizado un proyecto en el que profundizamos en la Degradación Medioambiental y la Economía circular. Este es el resultado de nuestro trabajo:

Como dije en mi entrada sobre el Decrecimiento, los principales problemas medioambientales son:





Y la economía circular se basa en:














BLOG DE CARMEN PASTOR